17 mayo, 2012

El sobrino de Marià Aguiló



Por casualidad, entre unos papeles destinados a la basura hemos encontrado un curioso cuaderno. Consta solo de seis hojas manuscritas. Su autor, Mariano Aguiló Cortés (1852-1924), le da inicio —así consta en el título de la primera página— en marzo de 1890 con la intención de ir anotando en él las fechas importantes de su vida. El autógrafo se interrumpe el 1º de abril de 1900 y las páginas que siguen a esta fecha han sido arrancadas.

Mariano Aguiló Cortés fue un médico y político bastante activo en la Palma de finales del s. XIX. Tenía su consulta en la calle de San Bartolomé de Palma —en el «Call menor»— y fue médico de la inclusa, presidente del Colegio de Médicos, responsable de la Revista Balear de Ciencias Médicas, directivo de la Cruz Roja y muy preocupado por la función social de la medicina. También fue militante del Partido Liberal, por el cual fue concejal del Ayuntamiento de Palma (1894-97) llegando a ejercer de alcalde provisional en varias ocasiones. Pero, además, era sobrino de Marià Aguiló i Fuster (Palma, 1825 - Barcelona. 1897), gran patrocinador de la Renaixença catalana. En estas breves páginas del sobrino tiene cabida la nota del momento de su muerte.

A continuación reproducimos todas las páginas del cuaderno. Y más abajo transcribimos las dos que tienen que ver con este último acontecimiento mencionado.

clic sobre las miniaturas para ampliarlas a alta resolución

[págs. 6-7] Día 6 de junio de 1897 falleció en Barcelona el tío de mi esposa y primo de mi padre, D. Mariano Aguiló, víctima de aguda complicación de la diabetes que hacía muchos años sufría. Era notable poeta, maestro en gai saber y el verdadero mantenedor de las letras patrias, notable arqueólogo y jefe jubilado de la Biblioteca de Barcelona.
 En Barcelona se le hizo un entierro y funerales en los cuales acudió todo lo notable en ciencias, letras y artes.
En Palma costearon unos sencillos funerales los poetas de esta ciudad como tributo rendido en honor del que había sido el maestro de casi todos. Estos tuvieron lugar en el antiguo oratorio de la Almudaina.
El Ayuntamiento de Barcelona y de Palma acordaron en su primera sesión declararle hijo ilustre de ambas ciudades, colocar su retrato en la galería respectiva de varones ilustres, y hacer uno de los literatos una memoria o discurso necrológico cuando en sesión pública se inaugure el retrato y sea colocado en su lugar. El pintor, D. Antonio Fuster; la memoria, el literato D. Miguel Los Santos Oliver.
 Todos los periódicos de ambas poblaciones y de otras de España publicaron noticias de su vida y, en sentidos términos, de su muerte.
Aguiló, Cortés, Fuster, Piña... todos sabemos que son apellidos marcados por su origen converso. Releyendo estas páginas, llama la atención la endogamia en que aún, acabando el siglo XIX, vivían los xuetes. ¿Podemos ver en ese contraste que señala el sobrino entre el homenaje que le dedican a su tío en Barcelona y el que se le hace en Palma, una velada alusión a la oscura, ominosa, tácita marginación que sufrían en Mallorca estas familias?

No hay comentarios: